Nos sumamos a la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado y al papa para hacer de la nuestra una escuela que acoge, protege, promueve e integra.
El domingo 26 de septiembre se ha celebrado la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado 2021, con el lema “Hacia un nosotros cada vez más grande”, y con la vista puesta de manera especial en la acogida y construcción de una humanidad global. Subraya el Papa Francisco en sus mensaje, la llamada a construir un nosotros que sueñe con una única humanidad y que cuida la casa común, como camino para aprender a vivir juntos.
En su mensaje para esta Jornada Mundial, el Papa nos recuerda que “Somos como muchos granos de arena, todos diferentes y únicos, pero juntos podemos formar una playa hermosa, una verdadera obra de arte… Estamos todos en el mismo barco y estamos llamados a comprometernos para que no haya más muros que nos separen, para que ya no estén los otros, sino sólo un nosotros, un nosotros tan grande como la humanidad entera”.
La juventud “pobre y abandonada”, que da sentido al carisma corazonista, sigue teniendo rostro en la España del siglo XXI. Lo tiene en los jóvenes para los que el sistema educativo no ha sido respuesta y ahora tienen las puertas formativas y laborales cerradas; en los jóvenes cuyas circunstancias familiares han hecho que pasen su infancia tutelados por la Administración y ahora están obligados a mantenerse solos desde los 18 años; y lo tiene en los jóvenes migrantes y refugiados que llegan solos a nuestras ciudades sin red de apoyo, sin conocer el idioma y con un laberinto legal por delante.
La escuela corazonista intenta dar respuesta a estas realidades desde la educación formal. Pero también son necesarias estructuras de atención social flexibles e innovadoras, centradas en elementos como la acogida residencial, la orientación e inserción sociolaboral, el aprendizaje del idioma… y sobre todo el acompañamiento personalizado e integral para apoyar a estos jóvenes en la construcción de sus proyectos de vida. Respuestas que en la red eclesial “Migrantes con derechos” de la que formamos parte se van adaptando a las necesidades en forma de diversos modelos de acogida desde la atención en emergencia y primera acogida, hasta la inserción y el acompañamiento hasta la completa autonomía.
Es el reto de la Red Corazonista de Acogida e Inserción de jóvenes en situación de vulnerabilidad, dentro de la Obra Social de Fundación Corazonistas. Una red formada por 3 proyectos, con más de 10 años, y que ofrecen un acompañamiento individualizado, integral y prolongado en el tiempo a jóvenes de entre 18 y 25 años que se encuentran en situación de desamparo. El objetivo es conseguir que puedan construir sus proyectos vitales a través de su plena incorporación social. Y desde ahí, soñamos con una red de pisos de acogida, de recursos de inserción laboral, de programas de segunda oportunidad educativa… Como hoy son los hogares Coindre Etxea (Vitoria) y Griñón (Madrid), y la empresa de inserción HISPALED… y sueña con crecer y seguir construyendo modelos de acogida comunitaria. Una red animada por las comunidades de seglares y religiosos de cada colegio, e implicando en el día a día a profesionales y voluntarios de la familia corazonista. En palabras de José Laguna, personas “configuradas samaritanamente”, que reconocen en el forastero el rostro de Cristo y, como tal, le acogen, le visten, le dan de comer. Desde nuestra pequeñez, nos sumamos a esta Jornada Mundial por las personas migrantes y refugiadas. Además, como organización de Iglesia, compartimos con la red Migrantes con Derechos sus cuatro principios integradores: poner a la persona en el centro; las personas migrantes no son ajenos sino hermanos; la justicia y los derechos humanos son el punto de partida; y la implicación comunitaria es esencial para la acción de acogida. Seamos pues iglesia que acoge, escuela que acoge, comunidad que acoge.